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VINTAGE: La seducción de los objetos a través del tiempo
Los objetos vintage ejercen en algunas personas un curioso efecto seductor. Existen una serie de aspectos y causas que, como si de feromonas se tratase, consiguen que el paso del tiempo y su influencia sobre algunos objetos, despierte en nosotros un interés especial.
Vintage
proviene del francés antiguo vendage, una expresión utilizada por los
productores de vino durante el siglo XVIII para designar a las mejores
cosechas. Hoy, el vintage es una manifestación de la cultura posmoderna. La proliferación de términos como vintage, retro, revival, rebirth, etc. evidencian el impacto de este fenómeno. El culto a lo clásico esta de moda en nuestra sociedad.
Las
modas, estilos y diseños propios de los años 60 y 70 fueron el caldo de cultivo
de la generación del baby boom. Ahora, es esta misma generación la que se ha
convertido en caldo de cultivo de la cultura vintage. Por ello gran parte de
las tendencias actuales se inspiran (una vez más) en líneas y estilos propios
de estas décadas.
Entender
porque la presencia de algunos objetos nos mueve a sonsacar una sonrisa
interior, a sentir y percibir admiración, simpatía, deseo, recuerdos,… supone desgranar
y ordenar nuestras percepciones. Para ello repasaremos algunas de las
principales características que hacen que, de un modo u otro, nos identifiquemos
con la cultura vintage.
¿Por
qué gustan los objetos vintage? ¿Qué valoramos en ellos? ¿Dónde radica su poder
de seducción?:
- Exclusividad: No abundan, son pocos los que han
sobrevivido pudiendo llegar a nuestros días. Son difíciles de encontrar, se hacen
raros y exclusivos.
- Acabado: El gusto por el detalle, por las
formas, por los materiales, los colores propios de una época, por la calidad de
los acabados, de las cosas realizadas con esmero (del que suele carecer la
manufactura y fabricación actual).
- Simplicidad: En contrapartida al punto anterior,
aspectos como la simpleza, lo básico y “elemental” de los diseños (a menudo
precursores de objetos que han evolucionado) es lo que precisamente los puede
hacer interesantes.
- Historia
y recuerdo: Los
consumidores de este tipo de objetos dan gran valor añadido a su carga
histórica, o a su relación con nosotros en algún momento de nuestras vidas. A
menudo, inconscientemente, observamos objetos del pasado bajo el prisma del
punto de vista de la mirada infantil, sorprendiéndonos su inocencia, pureza, objetividad
y practicidad (características que, curiosamente, a menudo forman parte
intrínseca de su propio diseño, ¡también inocente, puro, objetivo y práctico!).
- Valor
económico: Su cotización
en el mercado depende de varios factores. Del objeto en sí, de su diseño, de su
diseñador, de su estado, su mayor o menor grado de “rareza”, de su demanda (que
esté más o menos buscado), de su época, año, de sus formas e incluso del color.
- Deseo
y coleccionismo: El
impacto de estos objetos es tal, que con frecuencia genera el deseo de
poseerlos, de volver a integrarlos a nuestro entorno, sea para su uso habitual o
simplemente para disfrutarlos y admirarlos como meros elementos de decoración, llegando
incluso a ser presa de coleccionistas, cazadores de objetos y rarezas.
- Desencanto: La crisis de final de la primera
década del siglo XXI, la pérdida de fe en el progreso y el desencanto de la
innovación propia de la modernidad, son algunos de los factores que en lugar de
hacernos mirar con esperanza y orgullo al futuro, hace que giremos la vista
hacía atrás y recurramos con nostalgia a elementos de eras pasadas, aunque
carentes de significado original. De esta manera, a menudo, la moda se sirve
del pasado por motivos meramente estéticos, donde se mezclan elementos de
distintas épocas y lugares, descontextualizados de su función y razón original.
Las modas, los estilos, las tendencias son cíclicas y a menudo recurren al
pasado. El diseño, la música, el cine con frecuencia buscan nuevas identidades inspirándose
en el pasado.
- Longevidad: El culto a lo clásico y la moda de lo
vintage afina y desarrolla nuestros sentidos. Aprendemos a observar nuestro
entorno, a clasificar, sopesar y valorar los objetos con los que nos vamos encontrando.
Asimismo, implica una labor de recuperación y “rescate” de objetos, fomentando la
compra venta, la segunda mano, los mercadillos, las subastas, etc.
Con
todo ello, le brindamos a estos objetos nuevas oportunidades, nuevos usos y continuidad.
Los hacemos perdurar, los ennoblecemos y les mostramos un sencillo y bonito
gesto de respeto por su diseño y por su vida.
VINTAGETREK es una manera de sentir y de
relacionarnos con los objetos clásicos que nos rodean, viviéndolos con intensidad,
saboreándolos, apreciando su glamour, y haciendo que nuestro día a día y la relación
con nuestro entorno sea mucho más interesante. Es una muestra de objetos que abarca
aproximadamente desde principios del siglo XX hasta la década de los ‘80, especialmente
centrada en los años ‘60 y ‘70.
VINTAGETREK es mi manera de compartir los objetos
que me gustan y que me hacen sentir bien.
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Y sobre todo, cosas hechas con cierto esfuerzo manual, para durar lo máximo posible y al servicio del comprador. Muy pocas actuales seran vintages algún día, porque estan hechas para gastarse y obligar a consumir más.
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